Inició las reformas liberales en el campo de la educación, lo que ocasionó un pleito con la Iglesia católica por separarla de la enseñanza pública hasta 1940. En su gobierno creó el Colegio Superior de Señoritas, Liceo de Costa Rica, el Instituto de Alajuela, el Museo Nacional y la Biblioteca Nacional. En sus puestos públicos influyó para la electrificación del alumbrado público de San José en 1884, firmó el polémico Contrato Soto-Keith en 1884 que otorgó a Minor Cooper Keith 800.000 acres de terreno en las llanuras del Atlántico y le concesionó el ferrocarril al Atlántico por 99 años.