Lunes, 26 Octubre 2015 11:49

Un cambio de actitud

COMPATRIOTA, hace muchos años, ya nuestras costumbres han venido cambiando, ocasionado en parte por la “sobreprotección del estado”, por confiar en que nuestros políticos que “todo lo sabían”, y por lo más importante, nuestra apatía y negligencia al quehacer en la función pública, transformándonos en verdaderos responsables de la situación socio-económica del país.

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Nuestra perspectiva de la sociedad ha cambiado, hemos olvidado cómo enfocar los problemas, dejamos las cosas importantes en manos ajenas y nos ocupamos de las cosas triviales, sin importancia. No hacemos uso del arma más eficazque tenemos un derecho sagrado, el sufragio, desdeñamos la toma de decisiones,pensando que en nada nos afecta; todo esto nos ha llevado a la pérdida de valores, respeto y honor. Por esto somos coautores directos de haber creado una sociedad irresponsable, por callar, por no fiscalizar las leyes que nos rigen, por no alzar la voz y por no ser parte activa de la solución de los problemas.
Aprendimos a usar solo un punto de vista, lo cotidiano y desdeñamos todo lo que ocurre a nuestro alrededor, transformamos nuestro país en un estado alcahueta, donde proliferaron el crimen y el robo abierto y solapado; vivimos entre rejas, lo que irónicamente ha aumentado nuestra inseguridad personal y familiar, aún en nuestros propios hogares.
En las instituciones del estado se ha aumentado la duplicidad de funciones, personal innecesario, producto del repudiable clientelismo político, que no tiene responsabilidad alguna. Ahora tenemos hasta un presidente ejecutivo en cada una de ellas con sueldos cada vez más estrambóticos yalgunos se adjudican los logros de los demás empleados solo para justificar su salario. La impunidad aplicando las leyes donde algunos tribunales se hacen de la vista gorda, cuando es de infractores de cuello blanco, donde se alargan y caducan los juicios.
Hasta ahora, hemos permitido que la voracidad insaciable de algunos dirigentes sindicales llegue a niveles intolerables, sus exigencias monetarias, privilegios y goces generados en una convenciones colectivas, que están, cada vez, más fuera de un contexto de equidad, hacen que la situación financiera del país sea tan severamente inestable.
Por otro lado, el gobierno pretende obligar a todos los costarricenses a aceptar más impuestos, solo para cubrir lo que les ha dado por llamar “logros”. Esto sin ver que con esos nuevos impuestosestarían afectando muy negativamentelas posibilidades de los costarricensespara satisfacer sus necesidades personales y familiares.
Cierto nuestra sociedad está enferma, pero, ahora todos los costarricenses y no solo los políticos de carrera, debemos tomar parte activa en el tratamiento de su enfermedad, debemos levantar la voz, dar ideas y sobre todo participar de las actividades que se planifiquen. Ayúdenos a curarla, ayúdanos a revertir este proceso.
Humberto Tamayo Castillo

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