Y2K

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Cada vez hablamos más de cuidar nuestro medio ambiente, nuestro planeta… pero ¿realmente lo hacemos? ¿Le damos la importancia que merece? Como país reconocido a nivel mundial por nuestra ecología, debemos tener prácticas consecuentes y comprometernos más a preservar nuestra riqueza natural.
A nivel personal y empresarial tenemos el reto de encontrar acciones concretas, con suficiente impacto y un poder multiplicador de los beneficios, para hacer realidad ese compromiso ambiental.
Encontrar esas oportunidades es difícil, pero no imposible. Recientemente surgió un ejemplo de solución práctica, responsable y comprometida con la sostenibilidad ambiental, el Programa Amigos de los Parques Nacionales.
Este proyecto de ProParques, FUNDECOR y el SINAC brinda a las empresas turísticas y a los visitantes a los parques la oportunidad de apoyar en forma directa al equipo humano de los guardaparques y a los parques nacionales en sí. Los guardaparques se benefician con la compra de uniformes, capacitación académica, enseñanza del idioma inglés, entre otros. Los parques con mejoras a la infraestructura como senderos, baños, rotulación e instalación de Internet.
Además de los parques nacionales y los guardaparques, Amigos de los Parques Nacionales también beneficia a los visitantes, por las mejoras en los parques que esto hará posible y la satisfacción de haber aportado su granito de arena voluntario en favor de la sostenibilidad de la riqueza ecológica nacional. Y también favorece a las empresas que trabajamos en cualquier ámbito del turismo, porque se protege y fomenta el mayor atractivo del país.
Justamente otra ventaja del programa Amigos de los Parques Nacionales es contribuir a encontrar un equilibrio entre las actividades ecoturísticas y la sostenibilidad de largo plazo de nuestra riqueza natural.
La importancia de cuidar cada vez más los recursos naturales, de conservar y proteger la biodiversidad, además de cualquier aprovechamiento inmediato tiene un fin superior: dejar a las futuras generaciones un medio ambiente mejor. Transformar nuestra mentalidad por una conciencia más ecológica debe ser nuestro reto personal, empresarial y social.
Por eso, a quienes han aprovechado la oportunidad de ser socios del programa de Amigos de los Parques Nacionales, les debe enorgullecer saber que están contribuyendo a proteger nuestro ambiente  y dando pasos concretos y efectivos para asegurar la sostenibilidad de nuestros Parques Nacionales.
Liz Marie Salas Cruz, Céd. 2 502 019
Cada vez hablamos más de cuidar nuestro medio ambiente, nuestro planeta… pero ¿realmente lo hacemos? ¿Le damos la importancia que merece? Como país reconocido a nivel mundial por nuestra ecología, debemos tener prácticas consecuentes y comprometernos más a preservar nuestra riqueza natural.
A nivel personal y empresarial tenemos el reto de encontrar acciones concretas, con suficiente impacto y un poder multiplicador de los beneficios, para hacer realidad ese compromiso ambiental.
Todos, en nuestra vida diaria, estamos rodeados de campos eléctricos y magnéticos.
Algunos son de origen natural, como el campo gravitacional del planeta Tierra y los rayos que emana del sol. Otros, son de origen artificial, como los producidos por los electrodomésticos.
Después de diez años de investigación, la Organización Mundial de la Salud terminó en el 2007 el “Proyecto Internacional de Campos Electromagnéticos”.
Este estudio concluyó que no existe evidencia de que las líneas de alto voltaje  y las radiofrecuencias empleadas en la telefonía móvil  afecten la salud humana.
Por eso los científicos recomiendan que ante las dudas, mejor actuar con precaución. En otras palabras: mejor evitar, siempre que se pueda, la exposición excesiva a los campos electromagnéticos.
La Organización Mundial de la Salud recomienda adoptar las normas definidas por una organización no gubernamental de expertos que después de revisar todo lo investigado hasta ahora, fijó una serie de rangos tanto para los campos electromagnéticos generados por las líneas eléctricas como por la telefonía celular.
El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) ha manejado durante muchos años este tema con gran responsabilidad.
Da seguimiento a las investigaciones mundiales en ese tema, ha promovido reglamentación nacional más exigente que la recomendada a nivel mundial y aplica el concepto de precaución en el diseño y la operación de sus obras.
Escuchen ustedes esto: en el caso de las líneas de transmisión eléctrica o de alto voltaje, la normativa que aplica el ICE en Costa Rica es  cinco veces más estricta que la recomendada por la Organización Mundial de la Salud.
Usted, amigo y amiga radioescucha, debe saber lo siguiente: aparatos eléctricos que a menudo utilizamos en nuestros hogares, como los hornos de microondas, secadoras de pelo, aspiradoras y rasuradoras, pueden generar mayores campos electromagnéticos que los que se pueden producir en las cercanías de las líneas de transmisión de alto voltaje de nuestro país.
Y para mayor tranquilidad, en el caso de la telefonía celular, los rangos obtenidos en las mediciones realizadas en antenas han sido miles de veces inferiores a los límites internacionalmente aceptados.
Ing. Jorge Valverde Barrantes
Director de Gestión Ambiental-UEN Proyectos y Servicios Asociados / ICE
Todos, en nuestra vida diaria, estamos rodeados de campos eléctricos y magnéticos.
Algunos son de origen natural, como el campo gravitacional del planeta Tierra y los rayos que emana del sol. Otros, son de origen artificial, como los producidos por los electrodomésticos.
En defensa de la soberanía
Guillermo Quirós Alvarez
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Como profesional en ciencias geofísicas, doy certeza de que: a) la isla Los Portillos –norte de Calero- es territorio nacional; b) los efectos ambientales y económicos del dragado en un par de meses serán de elevada magnitud (cientos de miles de millones de dólares) sobre las playas del Caribe Sur, los humedales de la Barra del Colorado y su valiosa biodiversidad; c) de ejecutarse cualquiera de los dos megaproyectos: la hidroeléctrica Brito o el Canal Interoceánico, las consecuencias adicionales sobre los mismos ecosistemas en el Caribe y sobre las llanuras del Guatuso (humedales de Medio Queso, Caño Negro, Los Chiles, empresas agrícolas, ganaderas y humildes viviendas), desbordarán lo concebible .
Para enfocar el impacto de lo afirmado, tengamos presente la violación al artículo 50 de la Constitución, el cual establece como derecho fundamental un ambiente sano y equilibrado. Pero aún con más profundidad el artículo 2 reza: “La Soberanía reside exclusivamente en la nación”. ¨La nación” es la suma del territorio, el pueblo y el poder en un Estado. Y Soberanía es la piedra angular sobre la cual descansa la vida de la nación, pues como fino velo que enlaza el triduo citado, lo transforma en sólido cristal. Por ello el celo por su defensa corresponde, reside y constituye libre expresión de la voluntad del pueblo, que cobra vida -en nuestro sistema democrático- a través de la acción de los poderes públicos, en respuesta al clamor del pueblo.
Ante estos principios supremos, el hecho incontrovertido de que al amparo de  las sombras, el ejército nica el 31 de octubre del 2010 invadió el territorio nacional; y más grave aún, que después de 65 días se encuentre mancillando suelo patrio, constituye a todas luces el cobarde desgarro del velo soberano y la violación de nuestra patria.  Y quien no lo entienda así, no merece vivir bajo este cielo. A este principio se refería Juanito Mora cuando en noviembre de 1855 proclamó: “Aquí no encontrarán jamás los invasores partido, espías ni traidores. ¡Ay del nacional o extranjero que intente seducir la inocencia, fomentar discordias, o vendernos! Aquí no encontrarán más que hermanos, verdaderos hermanos, resueltos irrevocablemente a defender la patria como a la santa madre de todo cuanto aman, y a exterminar hasta el último de sus enemigos”...
¡Despierta conciencia nacional! ¡Que estamos frente a un momento crítico en nuestra historia! No podemos, compatriotas, evadir el deber moral y ético de defender la patria con firmeza. Por dignidad nacional debemos romper relaciones diplomáticas de inmediato con el agresor. Ya nuestra Presidenta en un gesto de valentía lo declaró “enemigo de nuestro pueblo”. Ahora es deber patrio, por encima de color político o credo religioso; darle nuestro respaldo.
Puede que haya sutiles fuerzas de origen foráneo que antepongan sus intereses financieros ante los principios patrios, pero ¡la soberanía no se discute, se exige!
En defensa de la soberanía
Guillermo Quirós Alvarez
Como profesional en ciencias geofísicas, doy certeza de que: a) la isla Los Portillos –norte de Calero- es territorio nacional; b) los efectos ambientales y económicos del dragado en un par de meses serán de elevada magnitud (cientos de miles de millones de dólares) sobre las playas del Caribe Sur, los humedales de la Barra del Colorado y su valiosa biodiversidad; c) de ejecutarse cualquiera de los dos megaproyectos: la hidroeléctrica Brito o el Canal Interoceánico, las consecuencias adicionales sobre los mismos ecosistemas en el Caribe y sobre las llanuras del Guatuso (humedales de Medio Queso, Caño Negro, Los Chiles, empresas agrícolas, ganaderas y humildes viviendas), desbordarán lo concebible .
En medio del caos vial que aqueja nuestras ciudades, de los “mercados” ambulantes que se ven en cada esquina, de los indigentes que duermen en los caños, se mueve una fuerza  de esperanza en nuestras calles.
Nuestros jóvenes, a través de organizaciones como “Un techo para mi país”, de “Santa en las Calles” y muchas más, se organizan para ayudar a resolver lo que nuestra generación y las pasadas no hemos podido resolver: la indigencia… los “precarios”… el hambre.
Pasan largas horas bajo el sol y el aguacero, consiguen audiencias en los medios de comunicación, y envían mensajes a través de la “web” pidiendo dinero, ropa, materiales de construcción y comida para luchar contra ese ejército de pobreza que asalta nuestras calles.
Jóvenes de todas las clases sociales, desde los más humildes hasta los “pipisillos”, se organizan eficientemente; nos sacan la ropa de los closets, el “rojo” de la billetera, el paquete de frijoles de la alacena y como si esto fuera poco pasan largas horas cocinando, lavando ropa, haciendo paquetes para luego, con la energía que solo la juventud da, lanzarse a las calles a repartir comida y ropa entre los indigentes, a construir techos dignos para docenas de familias.
Mientras estas iniciativas persistan, nuestro país puede albergar la esperanza de que algún día reduciremos la pobreza, y las escenas de indigentes y niños pordioseros en las calles. Estas iniciativas nos permiten soñar que la vorágine de violencia y el ensanchamiento de la brecha social podrán ser superados. Mi reconocimiento, gratitud y orgullo están con los cientos de jóvenes que dedican parte de su tiempo por un mejor país. Ellos no solo llevan esperanza a los pordioseros y desposeídos, sino también a un país entero que quiere creer que podemos ser mejores.
En medio del caos vial que aqueja nuestras ciudades, de los “mercados” ambulantes que se ven en cada esquina, de los indigentes que duermen en los caños, se mueve una fuerza  de esperanza en nuestras calles.
Al germinar un nuevo año,  la mente, el cuerpo y el espíritu se encuentran motivados para enfrentar nuevos retos, para poder dar un borrón y cuenta nueva o hacer una recapitulación de lo que quedó pendiente para renovarlo y enfocarlo mejor. Lo cierto es que se trata de una nueva carrera y el calendario nos anuncia nuevas oportunidades para ser proactivos.
Yo les propongo un trato: ¡hagamos propósitos comunes! Como costarricenses compartimos sueños e ideales, que nos permiten asociarnos tras una visión del país que queremos. Estoy segura que la mayoría estará de acuerdo en querer una Costa Rica donde reine la paz, el trabajo, la salud, el amor y la prosperidad. ¿Qué les parece si nos enfocamos en conjunto a promover esos valores?
¿Qué tal si nos proponemos escuchar más y hablar menos?, ¿qué tal si nos sentamos a dialogar en vez de gritar sin entendernos? ¿Qué tal si abrazamos, damos, sonreímos y perdonamos? Les propongo saludar más este año, decir más buenos días e interesarse más por la situación del otro. De repente se puede sorprender a alguien al servirle una taza de café, al cederle el espacio en el autobús o en la carretera,  o al regalar una sonrisa de aprobación sin motivo aparente. Quizá podamos tenerle más paciencia al abuelo que cuenta sus historias lentamente o a los niños que hacen preguntas sin parar. Tal vez logremos ser más tolerantes cuando alguien piense distinto, entendiendo que se pueden buscar las formas de convivencia aunque no se compartan las ideas.
Procuremos dar lo mejor de nosotros mismos sin importar si trabajamos en la casa, en la oficina, en el campo, en el comercio, en el gobierno, en la escuela, en el escenario, en la iglesia, en el hospital o donde sea, simplemente procuremos hacer las cosas con honestidad; hacer lo mejor que podamos, sin desgastarnos en señalar al otro que hace mal, sino buscando la excelencia nosotros mismos para contagiar a quienes nos rodean.
¿Será posible que este año podamos bajar la ventanilla de nuestro vehículo y en vez ignorar al joven indigente o al vendedor ambulante, nos interesemos en ese ser humano y al menos les brindemos unas palabras de aliento y esperanza?
Individualmente, hemos sido dotados del poder para decidir y para actuar, nuestras acciones mueven el contexto que nos rodea, lo cambian, lo mejoran o lo deterioran, lo cierto es que se nos devuelve trayendo el fruto de lo sembrado y el resultado final, será nuestra realidad.
Cada quien sabe que es lo que debe mejorar para que su ambiente cercano cambie positivamente, pero les aseguro que si cada uno y cada una hace su parte y nos esforzamos en conjunto por hacer mejor las cosas, veremos el resultado en nuestra sociedad, la suma de cada persona, cada familia o cada grupo actuando proactivamente, sin duda hará de Costa Rica un mejor país.
¡Feliz 2011!
Mónica Segnini Acosta
Al germinar un nuevo año,  la mente, el cuerpo y el espíritu se encuentran motivados para enfrentar nuevos retos, para poder dar un borrón y cuenta nueva o hacer una recapitulación de lo que quedó pendiente para renovarlo y enfocarlo mejor. Lo cierto es que se trata de una nueva carrera y el calendario nos anuncia nuevas oportunidades para ser proactivos.
¿Qué sucedería en las áreas terrestres si a alguien se le ocurriera, mediante una reforma a la ley, talar y cazar en todas las áreas protegidas terrestres del país?
Algo similar, pero real, podría ocurrir en las áreas marinas protegidas si se aprueba el proyecto de reforma al artículo 9 de la Ley de Pesca y Acuicultura, que tramita actualmente la Comisión Especial Investigadora de la Provincia de Puntarenas.
Esta reforma, que representa una amenaza para los recursos marinos de esas áreas protegidas, pretende que se permita la pesca comercial en parques nacionales, violentando así la Constitución Política; tratados internacionales y la normativa vigente en el país.
Llama la atención que los diputados insistan en modificar una ley que se intentó reformar hace cuatro años, en el mismo sentido, y que fue condenada al archivo por considerársele inconstitucional.
Sorprende además, que mientras científicos del mundo consideran necesaria la creación de más áreas protegidas, en Costa Rica se quiera abrir a la explotación los pocos espacios donde se posibilita que las poblaciones se renueven, gracias a la protección de que gozan.
Las áreas marinas protegidas no buscan solamente regular la pesca, sino aportar a la conservación, ofrecer sitios para el turismo y la recreación, beneficiar a las comunidades costeras, y representar los intereses de gran cantidad de costarricenses.
Permitir la pesca comercial o cualquier otro tipo de actividad extractiva en parques nacionales contraviene lo dispuesto en el artículo 50 de la Constitución Política, y el Capítulo XVII del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana, porque representa una disminución en el nivel de protección ambiental que actualmente gozan nuestras áreas silvestres protegidas.
Este proyecto no se justifica por cuanto del total de 589 683 Km2 correspondientes a las aguas jurisdiccionales de Costa Rica, únicamente un 0.79% está declarado como área marina protegida, y de este porcentaje sólo el 0.67% corresponde a parques nacionales.  La pesca comercial es permitida en el 99.2% de las aguas jurisdiccionales del país, precisamente porque el recurso ha mermado considerablemente por una mala planificación y manejo pesquero.
Los estudios demuestran que la función ecológica de los parques nacionales es indiscutible para garantizar la sostenibilidad de la actividad pesquera a corto, mediano y largo plazo.
La propuesta de reforma que nos ocupa, no soluciona la compleja problemática del sector pesquero nacional, porque para ello se requieren propuestas integrales. Hoy en día este sector afronta un desmejoramiento productivo en las áreas de pesca, causado precisamente por los efectos de la sobrepesca y el manejo inadecuado y no sostenible que se ha dado de los recursos marinos.
Máster Patricia Vega Herrera. Directora Nacional. Fundación MarViva.
¿Qué sucedería en las áreas terrestres si a alguien se le ocurriera, mediante una reforma a la ley, talar y cazar en todas las áreas protegidas terrestres del país?
Algo similar, pero real, podría ocurrir en las áreas marinas protegidas si se aprueba el proyecto de reforma al artículo 9 de la Ley de Pesca y Acuicultura, que tramita actualmente la Comisión Especial Investigadora de la Provincia de Puntarenas.

Hace algunos años definimos como norte estratégico, un desarrollo económico cada vez más vinculado a la dinámica de exportación de bienes y servicios,  lo que ha permitido una exitosa inserción de nuestro país en el mercado internacional.

No obstante, pese a que el 98% de nuestro parque empresarial está conformado por micro, pequeñas y medianas empresas, no todas están ubicadas en el segmento exportador, lo que nos lleva a fortalecer  procesos estratégicos para facilitar una mayor aceleración que potencie las cadenas de valor en el mercado local.
La “Política de Fomento PYME y del Emprendedurismo”, presentada a inicios del mes de julio del presente año, tomó como reflexión y punto de partida, que en el escenario de una amplia institucionalidad de apoyo a las mipymes, era fundamental concentrar los esfuerzos en áreas estratégicas que permitieran valorar indicadores que superaran el activismo a favor de este sector, tomando en cuenta parámetros que contemplen el impacto y la definición estratégica en el desarrollo del parque empresarial costarricense.
Esta premisa, indudablemente definió que para lograr impactar en el fomento de las pymes es necesario articular los esfuerzos institucionales bajo objetivos e indicadores comunes que permitan avanzar en la disminución de las duplicidades generadas por programas o acciones en las diferentes instancias, apoyar la simplificación de los trámites y establecer una participación coordinada de los diferentes actores públicos y privados para especializar la atención y promoción de las micro, pequeñas y medianas empresas.
El norte de esta Política se estableció bajo la articulación de 5 áreas estratégicas: el acceso a mercados, el acceso a servicios de desarrollo empresarial, el acceso a financiamiento, la articulación productiva y el fomento de la innovación y el desarrollo tecnológico, mediante las cuales se permite establecer una visión integral y estratégica de fomento, atención, consolidación e impulso de las mipymes costarricenses.
Con este enfoque integral aspiramos a mejorar la democratización de nuestra economía reconociendo en cada una de los empresarios industriales, de servicios, y de comercio, las grandes oportunidades que tienen como promotores y aliados del desarrollo de un país.
Decía Seneca que “No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas”. Hemos tomado con responsabilidad y compromiso el fomento de nuestras mipymes, nos hemos atrevido a hacer las cosas, porque estamos marcando un futuro en el que seremos capaces de ver la oportunidad de construir sobre la base de un norte común, las mayores oportunidades con equidad y justicia en nuestro desarrollo económico.
Hace algunos años definimos como norte estratégico, un desarrollo económico cada vez más vinculado a la dinámica de exportación de bienes y servicios,  lo que ha permitido una exitosa inserción de nuestro país en el mercado internacional.
No obstante, pese a que el 98% de nuestro parque empresarial está conformado por micro, pequeñas y medianas empresas, no todas están ubicadas en el segmento exportador, lo que nos lleva a fortalecer  procesos estratégicos para facilitar una mayor aceleración que potencie las cadenas de valor en el mercado local.

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