La integridad es la virtud mas esencial del ser humano. Está constituida por los principios y valores que dan dirección y sentido a nuestra vida. Gracias a la integridad tenemos conciencia del bien y del mal, Entre lo que forma la integridad del ser humano están la rectitud, la honradez, la justicia y la generosidad, Todos esos valores se van formando en la persona, desde joven, cada vez que toma una decisión difícil. Cuando procedemos con integridad; actuamos bien, no por miedo a que nos descubran haciendo algo malo, sino porque sabemos que se debe proceder de manera correcta. En la vida moderna muchas personas creen que para triunfar solo hace falta talento, empuje y personalidad. Pero la historia y la vida diaria nos enseñan que, a la larga, importa más quienes somos, que quienes aparentamos ser. Hace ya dos siglos, los estadistas Benjamin Franklin y Thomas Jefferson escribieron que el éxito y la superación personal nacen de la ética de la integridad personal. Por desgracia, el desencanto de las sociedades después de las guerras mundiales, ha hecho que algunos busquen el éxito en la ética de la personalidad. Para esas personas, el triunfo en la vida depende del atractivo personal, de las aptitudes y de las técnicas que, en apariencia, mejoran las relaciones humanas, pero que no comprometen la esencia del ser humano. Los consejos superficiales y, en apariencia inofensivos, derivados de esa filosofía, llegaron a ser muy populares, pero han sido superados en la búsqueda de la integridad del ser humano. Esa integridad empieza en la familia, Allí están las mejores oportunidades para actuar de manera íntegra Es en nuestro hogar en donde, a diario, al ponernos a prueba de la manera más genuina y honesta, los niños y jóvenes se pueden forjar como personas íntegras.