Martes, 08 Mayo 2012 05:07

Expresiones culturales costarricenses quijotescas

Expresaba el escritor José Cardoso que “la literatura no debe ser el adorno de los pueblos, sino el reconocimiento de las imperfecciones de una sociedad”. Y esto se hace tan necesario en la actualidad pues, desgraciadamente, en muchos sentidos estamos viviendo una época  banal en donde parece imperar la superficialidad. Ahora bien, ello no debe ser excusa para evadir manifestaciones culturales que bien podrían alimentar de enseñanzas y sensaciones nuestro espíritu como la literatura, recordemos que la literatura es, para el alma, lo que el alimento es para el cuerpo, esto quiere decir que ella le puede traer al lector energía e inspiración en sus vidas; además se perfila como una esperanzadora defensa para combatir esa peligrosa superficialidad, tal y como lo comprendía el poeta español Gabriel Celaya cuando expresaba que “la literatura es un arma cargada de futuro”.
Entonces, bien se podría señalar que la literatura representa lo más íntimo de una sociedad, sus alegrías, sus tristezas o aflicciones. Nos lleva a lugares inimaginables, nos entretiene, nos informa y logra abrir nuestra mente pues pone en nuestras manos ese conocimiento que nos enseña a ser personas socialmente tolerantes. La literatura, en sí, es una forma de expresar los anhelos, los sentimientos, las fantasías, los mensajes, el devenir social que vive el país, mediante la perspectiva del autor... Por eso, ante ese evidente materialismo de gran parte de nuestra sociedad, bien valdría, como una manera de sublimar la cultura, abocarnos a  consumir, degustar y regalar más literatura.
De ahí que es gratificante cuando surgen manifestaciones costarricenses quijotescas, defensoras de las letras, en las cuales se aboga por el posicionamiento y difusión cultural de nuestro pueblo, y más allá de él, como por ejemplo la revista literaria digital ClubdeLibros.com, magistralmente dirigida, desde hace más de 10 años, por la escritora Evelyn Ugalde quien mediante este proyecto cultural da a conocer nuevas publicaciones literarias, anuncia actividades relacionadas con la escritura, fomenta el hábito de la lectura y le abre espacio a los noveles escritores.
O, también, entre las expresiones culturales más recientes, la Revista Digital Éwa, que en Bribrí quiere decir “Hola”, integrada por los visionarios jóvenes periodistas Adriana Pérez, Kimberling Herrera, Soreth Espinoza y Diego Pérez Damasco quienes dentro de algunas de las secciones como la de Puño o letra, brindan información sobre libros nacionales e internacionales, reseñas o entrevistas de escritores,  con el valor agregado de que se invita a todos los escritores, quienes acaban de publicar sus libros, para que se contacten con ellos con el fin de que aparezcan en las recomendaciones literarias de cada edición y, con ello, dar a conocer el acervo cultural literario.
En este sentido el periodista Diego Pérez expresa: “Este tipo de proyectos, como lo que proponemos desde la Revista Éwa, son importantes para reivindicar la divulgación cultural desde una nueva perspectiva. Creo que en Costa Rica hay mucha gente interesada en enterarse acerca de actividades culturales, de los últimos libros tanto nacionales como extranjeros, de las visiones de los escritores y la historia del país. El interés está presente dentro de nuestro público meta, lo importante es saber cómo manejar los temas para atraer la atención de una población que está distraída por los aspectos más superficiales de esta sociedad consumista”.
Definitivamente proyectos como la Revista Éwa o el Club de Libros, son ejemplos de cómo la  literatura se puede utilizar como una forma de comprender el presente, de asumir el futuro, de determinar las raíces semánticas del pasado, de crear conocimiento y, a la vez, de ser un espacio recreativo. Por ello, conocer, apoyar y disfrutar este tipo de proyectos en donde se nos regala en abundancia múltiples palpitaciones literarias para que nos alimentemos de ellas, es una buena manera  para que valoremos, a conciencia, el quehacer cultural nacional e internacional, y podamos realmente crecer, no sólo en conocimiento, sino en sensibilidad y espiritualidad, porque como expresaba Rubén Darío, “la literatura constituye la fuerza, el valor, el alimento, la antorcha de pensamientos y el manantial de amor de nuestras existencias”.
Expresaba el escritor José Cardoso que “la literatura no debe ser el adorno de los pueblos, sino el reconocimiento de las imperfecciones de una sociedad”. Y esto se hace tan necesario en la actualidad pues, desgraciadamente, en muchos sentidos estamos viviendo una época  banal en donde parece imperar la superficialidad. Ahora bien, ello no debe ser excusa para evadir manifestaciones culturales que bien podrían alimentar de enseñanzas y sensaciones nuestro espíritu como la literatura, recordemos que la literatura es, para el alma, lo que el alimento es para el cuerpo, esto quiere decir que ella le puede traer al lector energía e inspiración en sus vidas; además se perfila como una esperanzadora defensa para combatir esa peligrosa superficialidad, tal y como lo comprendía el poeta español Gabriel Celaya cuando expresaba que “la literatura es un arma cargada de futuro”.
Entonces, bien se podría señalar que la literatura representa lo más íntimo de una sociedad, sus alegrías, sus tristezas o aflicciones. Nos lleva a lugares inimaginables, nos entretiene, nos informa y logra abrir nuestra mente pues pone en nuestras manos ese conocimiento que nos enseña a ser personas socialmente tolerantes. La literatura, en sí, es una forma de expresar los anhelos, los sentimientos, las fantasías, los mensajes, el devenir social que vive el país, mediante la perspectiva del autor... Por eso, ante ese evidente materialismo de gran parte de nuestra sociedad, bien valdría, como una manera de sublimar la cultura, abocarnos a  consumir, degustar y regalar más literatura.
De ahí que es gratificante cuando surgen manifestaciones costarricenses quijotescas, defensoras de las letras, en las cuales se aboga por el posicionamiento y difusión cultural de nuestro pueblo, y más allá de él, como por ejemplo la revista literaria digital ClubdeLibros.com, magistralmente dirigida, desde hace más de 10 años, por la escritora Evelyn Ugalde quien mediante este proyecto cultural da a conocer nuevas publicaciones literarias, anuncia actividades relacionadas con la escritura, fomenta el hábito de la lectura y le abre espacio a los noveles escritores.
O, también, entre las expresiones culturales más recientes, la Revista Digital Éwa, que en Bribrí quiere decir “Hola”, integrada por los visionarios jóvenes periodistas Adriana Pérez, Kimberling Herrera, Soreth Espinoza y Diego Pérez Damasco quienes dentro de algunas de las secciones como la de Puño o letra, brindan información sobre libros nacionales e internacionales, reseñas o entrevistas de escritores,  con el valor agregado de que se invita a todos los escritores, quienes acaban de publicar sus libros, para que se contacten con ellos con el fin de que aparezcan en las recomendaciones literarias de cada edición y, con ello, dar a conocer el acervo cultural literario.
En este sentido el periodista Diego Pérez expresa: “Este tipo de proyectos, como lo que proponemos desde la Revista Éwa, son importantes para reivindicar la divulgación cultural desde una nueva perspectiva. Creo que en Costa Rica hay mucha gente interesada en enterarse acerca de actividades culturales, de los últimos libros tanto nacionales como extranjeros, de las visiones de los escritores y la historia del país. El interés está presente dentro de nuestro público meta, lo importante es saber cómo manejar los temas para atraer la atención de una población que está distraída por los aspectos más superficiales de esta sociedad consumista”.
Definitivamente proyectos como la Revista Éwa o el Club de Libros, son ejemplos de cómo la  literatura se puede utilizar como una forma de comprender el presente, de asumir el futuro, de determinar las raíces semánticas del pasado, de crear conocimiento y, a la vez, de ser un espacio recreativo. Por ello, conocer, apoyar y disfrutar este tipo de proyectos en donde se nos regala en abundancia múltiples palpitaciones literarias para que nos alimentemos de ellas, es una buena manera  para que valoremos, a conciencia, el quehacer cultural nacional e internacional, y podamos realmente crecer, no sólo en conocimiento, sino en sensibilidad y espiritualidad, porque como expresaba Rubén Darío, “la literatura constituye la fuerza, el valor, el alimento, la antorcha de pensamientos y el manantial de amor de nuestras existencias”.

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