Miércoles, 22 Febrero 2012 01:44

Dos mensajes y el inicio de la cuaresma.

En estos días han aparecido dos mensajes que, originados en instancias eclesiales, deben retomarse y no dejar que se pierdan por ahí en el olvido. Uno de ellos es un mensaje local, el otro, es del Papa a propósito del inicio de la Cuaresma.
Con  motivo de la 103° Asamblea de la Conferencia Episcopal Costarricense, los obispos de nuestras diferentes diócesis, han hecho público un mensaje que, en general, nos ofrece una serie de ideas que merecen, de sobra, detenernos en ellas para reflexionar.
Motivados por los encargos que, recientemente, les hiciera Benedicto XVI de cara a la evangelización en tiempos de cambio, los obispo de Costa Rica desean comprometerse de cara a aportar lo propio para sacar al país del impasse en que, a la fecha, se encuentra. Hacen ver cuánto les preocupa la crisis de la Caja Costarricense del Seguro Social, lo mismo que la tendencia actual de nuestro congreso a considerar proyectos de ley que están muy lejos de ser prioritarios de cara a las necesidades reales de nuestro pueblo y hasta un poco incongruentes con nuestra misma idiosincrasia.
Se alegran nuestros obispos diocesanos ante el inicio de un nuevo curso lectivo pero dejan claro dos datos: tener presente que la escuela solo colabora con los primeros educadores de los hijos que son los padres de familia y que, además, siempre será necesaria una educación sexual integral y una educación en la fe coherente con nuestra cultura plurisecular.
El tema de las dificultades con la familia no pasan de largo a la reflexión episcopal y proponen salidas en el proyecto “Familia y Juventud”, anuncian un Congreso Eucarístico Nacional para el 2013, animan a los catequistas de todo el país e invitan a estar pendientes de cuanto ocurra en la visita pastoral del Papa a América en los próximos días.
Una visita que, como es sabido, se producirá en medio del tiempo de cuaresma que nos pone, justamente, ante el segundo mensaje en el que deseamos fijarnos en este comentario, esto es, el mensaje cuaresmal de Benedicto XVI.
Se nos invita a fijarnos en el hermano, evitar toda forma de egoísmo y practicar la caridad fraterna, la ayuda mutua para ser como se debe de cara a la aventura de vivir la fe. Se trata de cuidarnos unos a los otros para que, en el marco de la vida eclesial y en cualquier necesidad posible –material o espiritual- podamos juntos salir adelante.
En la vida de fe y seguramente en toda faceta de la vida, el que no avanza, retrocede. Los obispos costarricenses nos animan a ir adelante como país, a proteger lo valioso que tenemos y a crecer en la vivencia de la fe. El Papa, por su parte, nos recuerda, en esta misma dirección, que para crecer en la coherencia, es necesario apoyarse mutuamente, sobre todo, en este camino hacia la Pascua que es la ruta cuaresmal.
Ojalá tengamos mucho éxito al asumir estos mensajes que, a la hora de las horas, pueden decir mucho no solo a los cristianos, sino también a toda mujer y hombre de buena voluntad.
En estos días han aparecido dos mensajes que, originados en instancias eclesiales, deben retomarse y no dejar que se pierdan por ahí en el olvido. Uno de ellos es un mensaje local, el otro, es del Papa a propósito del inicio de la Cuaresma.
Con  motivo de la 103° Asamblea de la Conferencia Episcopal Costarricense, los obispos de nuestras diferentes diócesis, han hecho público un mensaje que, en general, nos ofrece una serie de ideas que merecen, de sobra, detenernos en ellas para reflexionar.
Motivados por los encargos que, recientemente, les hiciera Benedicto XVI de cara a la evangelización en tiempos de cambio, los obispo de Costa Rica desean comprometerse de cara a aportar lo propio para sacar al país del impasse en que, a la fecha, se encuentra. Hacen ver cuánto les preocupa la crisis de la Caja Costarricense del Seguro Social, lo mismo que la tendencia actual de nuestro congreso a considerar proyectos de ley que están muy lejos de ser prioritarios de cara a las necesidades reales de nuestro pueblo y hasta un poco incongruentes con nuestra misma idiosincrasia.
Se alegran nuestros obispos diocesanos ante el inicio de un nuevo curso lectivo pero dejan claro dos datos: tener presente que la escuela solo colabora con los primeros educadores de los hijos que son los padres de familia y que, además, siempre será necesaria una educación sexual integral y una educación en la fe coherente con nuestra cultura plurisecular.
El tema de las dificultades con la familia no pasan de largo a la reflexión episcopal y proponen salidas en el proyecto “Familia y Juventud”, anuncian un Congreso Eucarístico Nacional para el 2013, animan a los catequistas de todo el país e invitan a estar pendientes de cuanto ocurra en la visita pastoral del Papa a América en los próximos días.
Una visita que, como es sabido, se producirá en medio del tiempo de cuaresma que nos pone, justamente, ante el segundo mensaje en el que deseamos fijarnos en este comentario, esto es, el mensaje cuaresmal de Benedicto XVI.
Se nos invita a fijarnos en el hermano, evitar toda forma de egoísmo y practicar la caridad fraterna, la ayuda mutua para ser como se debe de cara a la aventura de vivir la fe. Se trata de cuidarnos unos a los otros para que, en el marco de la vida eclesial y en cualquier necesidad posible –material o espiritual- podamos juntos salir adelante.
En la vida de fe y seguramente en toda faceta de la vida, el que no avanza, retrocede. Los obispos costarricenses nos animan a ir adelante como país, a proteger lo valioso que tenemos y a crecer en la vivencia de la fe. El Papa, por su parte, nos recuerda, en esta misma dirección, que para crecer en la coherencia, es necesario apoyarse mutuamente, sobre todo, en este camino hacia la Pascua que es la ruta cuaresmal.
Ojalá tengamos mucho éxito al asumir estos mensajes que, a la hora de las horas, pueden decir mucho no solo a los cristianos, sino también a toda mujer y hombre de buena voluntad.

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