Miércoles, 23 Febrero 2011 05:58

MANTENER LA VIA EXCLUSIVA PARA BUSES

Como otras ciudades que carecen de vías de transporte que faciliten, con fluidez, el acceso al gran área metropolitana, Alajuela es la que más carestía tiene de una ruta nacional, óptima.
La carretera General Cañas, y no por la transitoria restricción que hay por la reconstrucción del puente sobre el río El Virilla, el congestionamiento en esa vía ha sido de todos los días, desde hace muchísimos años.
Desde que esta “pista” fue abierta, hace casi 50 años, en 1965, y que lleva el nombre de uno de los grandes patriotas nacionales, el General Cañas, el aumento vehicular fue en aumento de más del 100%, siendo hoy una de las rutas más utilizadas pero, por ello, más “embotelladas” del país.
Costa Rica tiene un déficit de infraestructura vial que por mucho rebasa el presupuesto en ese rubro, que alcanza los 200 millones de dólares.
Las soluciones a este gravísimo problema van al paso de tortuga y no todas las alternativas, como la ampliación de ruta por Heredia, son la solución.
La gente, en un altísimo promedio ha pasado de usar el transporte público, ante sus pésimas condiciones, incluida la falta de seguridad, y prefieren utilizar sus vehículos pero eso ha agravado más el desastre en las comunicaciones terrestres.
En promedio de diez vehículos, 9 los usan una sola persona, lo que, además del gasto de combustible, llena las calles al punto del colapso.
La solución de contar con un tren, eficiente, a toda hora, que cruce todo el valle central, es como un cuento chino y marcha tan lentamente que, con costo, ha logrado reactivarse en pequeños tramos.
Por su parte la Alcaldía de San José se ha propuesto el tranvía de extremo a extremo de la capital, pero eso es un paliativo mínimo para la magnitud del verdadero problema.
El tren aéreo, que recorra, encimado a las “autopistas” nacionales, cuesta un dineral y no se le ve futuro inmediato. La construcción de un metro, que una a todas las ciudades de este pequeño país es un sueño de Macondo.
Lo que es un poco, pero sólo un poco, más factible es el tren pero, como se dijo, este marcha tan lento que será difícil que, en este entramado burocrático, acabe por ser una alternativa real al transporte público.
Por ello, y con motivo de la experiencia del cierre temporal de la General Cañas, por los trabajos en el puente en El Virilla, ojalá a las autoridades del MOPT se les ocurra mantener la vía preferencial de autobuses, mejor demarcado y con severas sanciones ante su incumplimiento, de modo que la gente por fin vea que se llega muchísimo más rápido en bus a la capital que en su propio carro.
A ello habría que sumar mejores autobuses, nuevos, con choferes eficientes y debidamente capacitados, para dar un servicio de primera calidad pues si se continúan usando  las “bacinillas” de hoy, poco atractivo será su uso y continuarán las presas siendo parte del paisaje interurbano.
Como otras ciudades que carecen de vías de transporte que faciliten, con fluidez, el acceso al gran área metropolitana, Alajuela es la que más carestía tiene de una ruta nacional, óptima.
La carretera General Cañas, y no por la transitoria restricción que hay por la reconstrucción del puente sobre el río El Virilla, el congestionamiento en esa vía ha sido de todos los días, desde hace muchísimos años.
Desde que esta “pista” fue abierta, hace casi 50 años, en 1965, y que lleva el nombre de uno de los grandes patriotas nacionales, el General Cañas, el aumento vehicular fue en aumento de más del 100%, siendo hoy una de las rutas más utilizadas pero, por ello, más “embotelladas” del país.
Costa Rica tiene un déficit de infraestructura vial que por mucho rebasa el presupuesto en ese rubro, que alcanza los 200 millones de dólares.
Las soluciones a este gravísimo problema van al paso de tortuga y no todas las alternativas, como la ampliación de ruta por Heredia, son la solución.
La gente, en un altísimo promedio ha pasado de usar el transporte público, ante sus pésimas condiciones, incluida la falta de seguridad, y prefieren utilizar sus vehículos pero eso ha agravado más el desastre en las comunicaciones terrestres.
En promedio de diez vehículos, 9 los usan una sola persona, lo que, además del gasto de combustible, llena las calles al punto del colapso.
La solución de contar con un tren, eficiente, a toda hora, que cruce todo el valle central, es como un cuento chino y marcha tan lentamente que, con costo, ha logrado reactivarse en pequeños tramos.
Por su parte la Alcaldía de San José se ha propuesto el tranvía de extremo a extremo de la capital, pero eso es un paliativo mínimo para la magnitud del verdadero problema.
El tren aéreo, que recorra, encimado a las “autopistas” nacionales, cuesta un dineral y no se le ve futuro inmediato. La construcción de un metro, que una a todas las ciudades de este pequeño país es un sueño de Macondo.
Lo que es un poco, pero sólo un poco, más factible es el tren pero, como se dijo, este marcha tan lento que será difícil que, en este entramado burocrático, acabe por ser una alternativa real al transporte público.
Por ello, y con motivo de la experiencia del cierre temporal de la General Cañas, por los trabajos en el puente en El Virilla, ojalá a las autoridades del MOPT se les ocurra mantener la vía preferencial de autobuses, mejor demarcado y con severas sanciones ante su incumplimiento, de modo que la gente por fin vea que se llega muchísimo más rápido en bus a la capital que en su propio carro.
A ello habría que sumar mejores autobuses, nuevos, con choferes eficientes y debidamente capacitados, para dar un servicio de primera calidad pues si se continúan usando  las “bacinillas” de hoy, poco atractivo será su uso y continuarán las presas siendo parte del paisaje interurbano.

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