Pero su 75 aniversario también encuentra a la Institución con importantes desafíos: servicios de salud estancados y listas de espera injustificadas; problemas de eficiencia y limitaciones en la gestión de sus servicios; serias dificultades que comprometen la sostenibilidad financiera de sus servicios de salud y del sistema de pensiones.
Por tanto, debemos actuar de forma solidaria para solventar los problemas que hoy obstaculizan la labor de la Caja, como mínimo en dos grandes ámbitos: mejorar los servicios que le brinda a los ciudadanos, y fortalecer su sostenibilidad financiera.
En el primero, es necesario abrir progresivamente un segundo turno de atención médica -de 2 pm a 9 pm- o sábados en casos especiales, junto a la contratación de los profesionales que cumplan estos horarios. Se trata de una solución viable que beneficiaría tanto a los asegurados como a las finanzas de la institución, al disminuir rubros como el pago de horas extras.
Además, es necesario crear “médicos de barrio” como complemento de los EBAIS, y garantizar que los profesionales de la salud existentes dediquen al menos un 70% de tiempo a la prestación directa de servicios a los pacientes. Y no como pasa ahora, que esa misma proporción de tiempo deben dedicarla a cumplir trámites y procedimientos burocráticos.
Por otra parte, los procesos de recaudación deben mejorarse sustancialmente, sin incrementar las cargas sociales, porque de hacerlo incentivaríamos un aumento de la informalidad laboral, reduciendo el nivel de aseguramiento. Debemos disminuir la morosidad para fortalecer la sostenibilidad financiera de la entidad, sin asfixiar económicamente a las personas.
Al mismo tiempo, es necesario que los incrementos del gasto en salud estén en función de que se brinden más y mejores servicios a la población. Para poder superar los rezagos existentes actualmente, se debe lograr que esos servicios crezcan más del doble de la tasa a la cual crece la población.
Por último, quiero ser categórico en que el Estado también debe cumplir con su parte en el fortalecimiento de la sostenibilidad financiera de la CCSS. Es necesario encontrar una medición objetiva, con parámetros sólidos y claros, sobre cuál debe ser su contribución. Deben tenerse plazos definidos para que la pague, y mecanismos para que, si el pago no es oportuno, se pueda y deba ejecutar su cobro en forma automática.
Durante sus 75 años de existencia la CCSS ha tenido un impacto fundamental en el bienestar de la sociedad costarricense y en la forja de las características que nos distinguen de otros países. Es la Institución símbolo de nuestra solidaridad. Tenemos la responsabilidad de preservar sus logros, subsanar los problemas que la afectan y asegurar su futuro para el bienestar de todos. Estamos comprometidos con lograr una entidad mejor, preparada para hacerle frente a los retos venideros.