Viernes, 09 Marzo 2012 04:27

“De Suiza Centroamericana a Grecia Europea.…”

Por décadas,  le hemos cantado con orgullo al mundo que “por ser tan linda Costa Rica la llaman,  la Suiza Centroamericana” y la verdad sea dicha,  este país fue uno de esos lugares donde Dios se mostró abundantemente generoso en la creación.
En la Patriótica Costarricense, hemos dicho que no “envidiamos los goces de Europa ni la grandeza que en ella se encierra,  que es mil veces más bella mi tierra, con su palma su brisa y su sol”.   Ciertamente,  en los tiempos actuales no hay muchos goces que envidiar en Europa, pues la vulnerabilidad económica que muestra la zona euro,  trae consigo presagios nada envidiables y pronósticos de colapsos financieros complicados.
La Europa moderna, que se debate entre los conflictos diplomáticos de Israel con Irán y Medio Oriente, la situación en Siria y la súplica de auxilio económico a la China “comu-capitalista”,  se aleja bastante de aquella que era la envidia de occidente.
Hay una lista de países europeos que hoy son conocidos como los PIGS,  pues esas son las letras con que empiezan sus nombres en Inglés.  Aunque la casualidad lingüística ha provocado un nombre muy sugestivo,  lo cierto es que es un nombre bien merecido,  pues no cabe duda de que la forma en que han manejado su economía,  los asemeja bastante a un cochino.
Estas economías,  tienen como común denominador un alto endeudamiento e incapacidad para darle cobertura a las obligaciones contraídas.  En Grecia,  por cada euro del Producto Interno Bruto se adeudan más de 100,  lo que lo convierte en un país prácticamente quebrado.  Andan parecidos Portugal, Italia y España, naciones todas con vicios vinculados muchas veces a decisiones políticas equivocadas, postergación en la toma de decisiones impopulares pero necesarias y una política de gasto público desmedido e irresponsable y sin ningún apego a criterios de buen juicio ni prudencia en el gasto.  Grecia es hoy, el resultado de manejos irresponsables de las finanzas públicas en el pasado, de postergaciones y de privilegios para unos pocos.
Costa Rica está a tiempo de revertir procesos que la hacen parecerse a Grecia.  Aun no estamos tan altamente endeudados y tenemos tiempo de recapacitar.  Las economías solo pueden resolver sus déficits de tres formas posibles:  Con aprobación de más carga impositiva para la gente, con contención en el gasto público superfluo y mayor eficiencia distributiva de los recursos, que por naturaleza son limitados,  o bien, con mayor eficiencia en la recuperación de los tributos ya existentes.  Ciertamente la primera solución es la salida fácil pero la combinación de las otras dos es la más responsable y deseable, aunque no necesariamente gustará a los serviles del voto.
Hay que meter tijera ya al gasto público; incluida la planilla estatal y los privilegios contenidos en las convenciones colectivas antes de aprobar más impuestos, aunque resulte impopular para los grupos de presión, que siempre están dispuestos a tirarse a la calle para reclamar privilegios.
O detenemos ya la tiranía de las minorías, la fiesta del despilfarro y la irresponsabilidad de jerarcas ineficientes, o irremediablemente pasaremos de la Suiza Centroamericana a la Grecia Europea. Alexander Hernández Camacho,
Por décadas,  le hemos cantado con orgullo al mundo que “por ser tan linda Costa Rica la llaman,  la Suiza Centroamericana” y la verdad sea dicha,  este país fue uno de esos lugares donde Dios se mostró abundantemente generoso en la creación.
En la Patriótica Costarricense, hemos dicho que no “envidiamos los goces de Europa ni la grandeza que en ella se encierra,  que es mil veces más bella mi tierra, con su palma su brisa y su sol”.   Ciertamente,  en los tiempos actuales no hay muchos goces que envidiar en Europa, pues la vulnerabilidad económica que muestra la zona euro,  trae consigo presagios nada envidiables y pronósticos de colapsos financieros complicados.
La Europa moderna, que se debate entre los conflictos diplomáticos de Israel con Irán y Medio Oriente, la situación en Siria y la súplica de auxilio económico a la China “comu-capitalista”,  se aleja bastante de aquella que era la envidia de occidente.
Hay una lista de países europeos que hoy son conocidos como los PIGS,  pues esas son las letras con que empiezan sus nombres en Inglés.  Aunque la casualidad lingüística ha provocado un nombre muy sugestivo,  lo cierto es que es un nombre bien merecido,  pues no cabe duda de que la forma en que han manejado su economía,  los asemeja bastante a un cochino.
Estas economías,  tienen como común denominador un alto endeudamiento e incapacidad para darle cobertura a las obligaciones contraídas.  En Grecia,  por cada euro del Producto Interno Bruto se adeudan más de 100,  lo que lo convierte en un país prácticamente quebrado.  Andan parecidos Portugal, Italia y España, naciones todas con vicios vinculados muchas veces a decisiones políticas equivocadas, postergación en la toma de decisiones impopulares pero necesarias y una política de gasto público desmedido e irresponsable y sin ningún apego a criterios de buen juicio ni prudencia en el gasto.  Grecia es hoy, el resultado de manejos irresponsables de las finanzas públicas en el pasado, de postergaciones y de privilegios para unos pocos.
Costa Rica está a tiempo de revertir procesos que la hacen parecerse a Grecia.  Aun no estamos tan altamente endeudados y tenemos tiempo de recapacitar.  Las economías solo pueden resolver sus déficits de tres formas posibles:  Con aprobación de más carga impositiva para la gente, con contención en el gasto público superfluo y mayor eficiencia distributiva de los recursos, que por naturaleza son limitados,  o bien, con mayor eficiencia en la recuperación de los tributos ya existentes.  Ciertamente la primera solución es la salida fácil pero la combinación de las otras dos es la más responsable y deseable, aunque no necesariamente gustará a los serviles del voto.
Hay que meter tijera ya al gasto público; incluida la planilla estatal y los privilegios contenidos en las convenciones colectivas antes de aprobar más impuestos, aunque resulte impopular para los grupos de presión, que siempre están dispuestos a tirarse a la calle para reclamar privilegios.
O detenemos ya la tiranía de las minorías, la fiesta del despilfarro y la irresponsabilidad de jerarcas ineficientes, o irremediablemente pasaremos de la Suiza Centroamericana a la Grecia Europea. Alexander Hernández Camacho,

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