Viernes, 08 Febrero 2013 08:05

De restricciones crediticias y una fea costumbre tica de poner parches…

El Banco Central de Costa Rica ha anunciado en días recientes, la utilización de un mecanismo de política monetaria que hace muchos años no utilizaba el país. Se trata de los denominados “topes de cartera”; lo cual, supone poner un techo al crédito que los bancos del sistema financiero pueden otorgar a los diversos sectores productivos, con el fin de controlar la cantidad de dinero en la economía y evitar desajustes en otros indicadores macroeconómicos, como el tipo de cambio, las tasas de interés y la inflación.

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En Costa Rica es un verdadero calvario tramitar un crédito. Por un lado, los bancos son ineficientes y han encontrado muy fácil achacarle a la normativa de SUGEF, la imposibilidad de ser ágiles en resolverle a las empresas sus solicitudes de crédito. Por otro lado y más grave todavía, se observa que los esfuerzos de colocación de muchos bancos es el otorgamiento de créditos personales, que lo único que han venido a fomentar es la cultura de endeudarse hasta el cuello para comprar chunches y financiar gastos superfluos que en nada contribuyen al bienestar de la gente en el largo plazo.
Se ha desatado una competencia voraz por llenar a la gente del mal llamado dinero plástico, estimulando así un consumo desmedido e irresponsable en muchas personas. Si bien es cierto, hay mucha gente responsable en el manejo de esos instrumentos de pago, otra tienen salarios líquidos tan bajos por el excesivo endeudamiento, que viven al tope en el uso de las tarjetas y eso sí que es un verdadero problema.
Creo que le ha cogido tarde al BCCR para aducir riesgos de una burbuja crediticia. Esa burbuja ya existe y no es precisamente en el ámbito del crédito empresarial, sino más bien es en el crédito personal, de consumo, donde los abusos han llegado a límites inquietantes, que son un atentado permanente para la estabilidad económica de muchas familias y es en ese sector, donde justamente la normativa es más laxa.
Las autoridades económicas estás preocupadas de que el tipo de cambio esté en el piso. Los sectores más afectados como el exportador y el turismo han pegado el grito al cielo y es entendible. La tendencia seguida por la Tasa Básica pasiva en los últimos meses da clara cuenta de que esa variable fue manipulada, pues no ha habido signo alguno que justifique un descenso como el que ha tenido en las últimas semanas.
Es contradictorio, que mientras por un lado se promueva la inversión extranjera directa, mucha de la cual requerirá crédito de los bancos, por otro lado se le impongan frenos a los sectores productivos, que son los que producen empleos y bienestar; y, los que contribuyen día tras día al ansiado desarrollo.
Creo que esta medida no es más que otro parche para tapar el enorme hueco que produce un déficit fiscal, que ni con los cacareados eurobonos, ha venido a disminuirse.
Como ha sido la receta por años, sigue el ente rector en materia económica, aplicando viejas medicinas que solo sirven de analgésico a una enfermedad que ocupa cirugía mayor. Comentario de Alexander Hernández Camacho,

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