Alexander Hernández Camacho

Alexander Hernández Camacho

Era 1982 y corrían –como hoy en Costa Rica- tiempos difíciles.  Mi profesor de estudios sociales, un limonense bueno, se planteaba siempre el mismo cuestionamiento que llegó a calar en mi mente. ¿Cómo es posible que siendo Limón el punto de entrada y salida de una gran parte de las riquezas del país, fuera a su vez, la provincia más pobre?  Después de 28 años,  he seguido preguntándome lo mismo, pues es claro que Limón sigue siendo la provincia del abandono de los políticos, pero desgraciadamente también,  ha sido por años,  la provincia usurpada por una cúpula de poder sindical,  que ha violentado los sagrados principios del sindicalismo y ha prostituido los beneficios laborales que la gente buena se merece.
Además de aquella interrogante,  válida ayer y también hoy,  se pregunta uno cómo es que un grupo de personas pueda darse el lujo de secuestrar una de las instituciones estandartes de la provincia; cómo es que una pequeña cúpula se apropia de una empresa pública y cómo condenan a toda una provincia al abandono y con ella, al subdesarrollo de todo un país.
En estos días,  en cada uno de los empleados de esa gran empresa, descansa quizá una de las decisiones más importantes de toda su historia. Es la hora de decir qué se vale y qué no se vale para el honorable pueblo de Limón, que necesita desarrollarse y convertirse en el motor del desarrollo del país completo.  Así como ayer, la construcción del ferrocarril al Atlántico trazó un camino para el desarrollo de este país, en el futuro inmediato será el noble pueblo de Limón el que deberá llevarnos al desarrollo y JAPDEVA será uno de los medios para lograrlo.
Es la hora de brindar las oportunidades a quienes saben aprovecharlas  y no seguir dándolas a los que las han violentado, las han desaprovechado y han convertido la libertad sindical en trinchera política perversa.  Es la hora de decir que no a los que viven  pensando solo en sus beneficios personales y nunca en el desarrollo de la provincia y el país.
Lo mejor de Limón es su gente.  ¿Quién podría en Costa Rica dudar de esa contundente realidad?  Por eso es que no se vale más saqueo para Limón, no se vale que unos cuantos que nunca en su vida han movido un dedo por esa provincia, estén llegando en estos días con ofrecimientos y amenazas e intentando callar el pensamiento crítico, usando el temor como bandera.
La decisión que deberán tomar en JAPDEVA en pocos días, es únicamente de ellos y por eso no se vale que los oportunistas, los que convocan siempre a la desobediencia civil en San José, los que promueven autonomías universitarias torcidas y los que aun no se han pronunciado sobre las andanzas del demente del norte, estén viendo como husmean en un proceso que es solo de los funcionarios de JAPDEVA.
Dice el adagio popular que no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista y por el bien de Limón y también de Costa Rica, yo espero y confío en que la sabiduría y la voluntad de la gente honesta  prevalezca y ponga fin a los abusos de un grupúsculo perverso y manipulador.  Lo que sí se vale,  es sepultar con votos el pasado que solo ha sido criadero de subdesarrollo y promotor de pobreza.
Llegó la hora para Limón y llegó la hora de que se pronuncie la razón sobre la ambición,  que desde las entrañas de la gran institución que es JAPDEVA se trace su plan estratégico, del cual depende en mucho el desarrollo de este país.  Llegó la hora de que las fuerzas oscuras locales y extranjeras, que se infiltran y satanizan  todo intento por mejorar, dejen de obstaculizar el desarrollo y permitan que Limón sea la provincia que mi profesor de secundaria añoraba hace casi 30 años y que las nuevas generaciones merecen y también exigen.

Era 1982 y corrían –como hoy en Costa Rica- tiempos difíciles.  Mi profesor de estudios sociales, un limonense bueno, se planteaba siempre el mismo cuestionamiento que llegó a calar en mi mente. ¿Cómo es posible que siendo Limón el punto de entrada y salida de una gran parte de las riquezas del país, fuera a su vez, la provincia más pobre?  Después de 28 años,  he seguido preguntándome lo mismo, pues es claro que Limón sigue siendo la provincia del abandono de los políticos, pero desgraciadamente también,  ha sido por años,  la provincia usurpada por una cúpula de poder sindical,  que ha violentado los sagrados principios del sindicalismo y ha prostituido los beneficios laborales que la gente buena se merece.

Año Nuevo, Retos Viejos

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En este espacio y en reiteradas oportunidades,  he sido enfático en que la educación es la base para el desarrollo de los pueblos y que será por su medio, que la pobreza terminará por perder la batalla y el desarrollo llegará para millones de seres humanos marginados por los crueles flagelos de la pobreza y la ignorancia; a su vez, agravados por la explotación de dictadores y sinvergüenzas que a lo único que han podido aspirar es a grados militares obtenidos sin más honor que el otorgado por la auto-imposición.
En los últimos días,  he descubierto que tengo razón y he entendido por qué algunos gobernantes,  tienen nulo interés en fortalecer la educación e invertir en desarrollo humano que permita a sus pueblos vivir mejor.  He entendido, por qué miles de esas pobres personas deben abandonar sus raíces y cultura,  sus tierras, hijos y ancianos con tal de buscar países como este,  donde su trabajo les permita obtener ingresos decentes y un poquito de dignidad que les haga soñar con un futuro mejor que la miseria a la que han sido condenados por los mercenarios y delincuentes que los gobiernan.
Solo la falta de educación puede hacer que un pueblo se equivoque tanto y tan seguido,  solo la ausencia de conocimiento y el hambre pueden hacer que un pueblo entero se deje oprimir y pierda toda capacidad de reacción y renuncie a cualquier intento por revertir rumbos equivocados.  Solo la ignorancia es capaz de calcinar la capacidad de las masas para buscar mejores derroteros sociales y solo ella, puede hacer que un pueblo entero confunda a los demagogos y piñateros con líderes o estadistas.
En los días recientes, al darle seguimiento y ver la defensa técnica de nuestro embajador en la OEA, caracterizada por el conocimiento   que da una sólida formación en derecho internacional y hacer la inevitable comparación con la retórica calumniosa, petulante y espuria del  aprendiz de dictador; el único sentimiento que aflora es de dolor por ese pobre pueblo,  condenado a seguir soportando la usurpación de su débil democracia y sufriendo el saqueo, la mentira, la ignorancia y la pobreza, en las que los tienen sumidos.
Ante la incapacidad técnica y la ausencia total de la razón,  es fácil fabricar imperios donde lo que hay es la defensa de derechos respaldados por tratados internacionales, un pueblo civilista y protector de los recursos naturales,  un país reconocido por su vocación de paz y  receptor también de muchas manos trabajadoras que vienen a cobijarse con nuestro cielo y a nutrirse del pan que compartimos, a gozar de nuestras libertades y a contribuir por supuesto con nuestra economía, a punta de trabajo digno y muy duro.
Dicen que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen, pero yo creo que eso no es cierto.  Creo que esa pobre gente merece algo mejor de lo que ha tenido por décadas, en las que solo han conocido la mano del dictador, la del guerrillero inculto disfrazado de demócrata y la del ladrón que  llena sus bolsillos con piñatas de fondos públicos.
Solo la educación dará a ese pueblo hermano la posibilidad real de reaccionar e impedir que cada cuatro años conviertan el Río San Juan en tema electoral para llenar con demagogia de la más barata,  la incapacidad de ofrecerles una vida diga. Mi respeto al noble pueblo nicaragüense y mi súplica a la Inmaculada Concepción de María (su patrona), para que abra su mente,  sus ojos y su corazón y puedan librarse por siempre de los ruines esbirros que los han gobernado por años.
En este espacio y en reiteradas oportunidades,  he sido enfático en que la educación es la base para el desarrollo de los pueblos y que será por su medio, que la pobreza terminará por perder la batalla y el desarrollo llegará para millones de seres humanos marginados por los crueles flagelos de la pobreza y la ignorancia; a su vez, agravados por la explotación de dictadores y sinvergüenzas que a lo único que han podido aspirar es a grados militares obtenidos sin más honor que el otorgado por la auto-imposición.

Un 12 de octubre pero de 1492,  América fue  descubierta para ser mostrada a Europa y al resto del mundo y desde ese momento, no hemos parado de mostrar todo lo que valemos en esta hermosa tierra,  que huele a marimba y a bolero,  a caña y a café según ha dicho el poeta.

 

Han pasado 518 años y  en la misma fecha de aquel encuentro de culturas,  33 mineros fueron rescatados de la oscuridad en las entrañas de la tierra, para seguir mostrándole al mundo de qué estamos hechos y cuánto valemos los seres humanos.   Ayer, fue República Dominicana la que vio llegar a los españoles y hoy es Chile,  la que ha debido mostrarle al mundo de qué estamos hechos los habitantes de esta América bendita.

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Hace unos días,  recibí una invitación para participar en una actividad motivacional para el personal de un Hogar de Ancianos en Guadalupe de Cartago,  actividad a la que con todo gusto accedí,  pues sé de la labor encomiable que llevan adelante ese y otros muchos centros de atención del adulto mayor en Costa Rica.
La idea para la creación de este hogar,  surgió de un grupo de personas hace muchos años y el detonante fue la necesidad de atender a uno de esos pintorescos personajes de los que abundan en las comunidades, quien además de no contar con una familia que lo asistiera, fue abandonado también por la sociedad.   Don Bienvenido, que era su nombre de pila pero a quien la mayoría lo conocía como “Gallinita”,  terminó sus días con el auxilio de un grupo de gente que lo atendió en un pequeño cuartito anexo  a la Casa Cural,  con la venia de un sacerdote español de nombre Joaquín Stork.  Ese hecho, marcó el nacimiento del Hogar Manos de Jesús,  institución que atiende actualmente una población de 50 adultos, cuenta con 25 empleados, es dirigido por una Junta Directiva ad-honoren,  supervisado por el CONAPAM y auxiliado financieramente por otras instituciones como la Junta de Protección Social.
¿Cuántas veces se repite esta historia en Costa Rica? ¿Cuántos hogares han nacido como este,  de la necesidad de manos solidarias que estén dispuestas a socorrer al anciano abandonado por todos?
Quiero  confesarles, que como reza el adagio aquel de que “quien viene por lana sale  trasquilado”,  llegué a ese lugar con la idea de motivar al personal pero quien terminó siendo motivado y tocado en el corazón fui yo.   La primera sorpresa,  fue encontrarme con un personal cuya edad promedio no superaba los 30 años y entre los que me encontré profesionales en enfermería, auxiliares,  un contador, un administrador, terapistas físicos y gente que labora como “cuidadores”,  en la cocina o en la lavandería.    Por otro lado,  una Junta Directiva compuesta por gente menos joven en edad cronológica pero con la energía propia de los chiquillos. Algunas de esas personas son pensionados y otras dejan sus actividades y disponen de su tiempo para dirigir con gran tino,  una institución que requiere una dirección de alto nivel.
En la actividad preparada,  todos los funcionarios debían ausentarse de las labores cotidianas,  que por razones obvias no pueden interrumpirse  un solo minuto durante todo el año.  Para que la actividad pudiera ser llevada a cabo con éxito, cada uno de los funcionarios debió ser sustituido por  personas que dan un servicio gratuito como voluntarios.   De esto, lo que me terminó de maravillar fue que todos esos voluntarios eran muchachos de 20 años o menos y estaban allí a cargo de toda aquella obra social y de aquella logística operacional, propia de un hospital.
Ver esto, me llenó de esperanza,  pues ante tanta mala noticia respecto de la violencia en la que están inmersos los jóvenes,  de la amenaza de las drogas, de la falta de valores, de compromiso y de entrega por parte de este sector de la población, se da uno cuenta de que esos son una minoría y que hay muchos que están en otra sintonía, que están construyendo su vida en función del estudio, de la solidaridad y del servicio desinteresado a otros.
Con el último suspiro de vida, en su ancianidad, Juan Pablo II se dirigió precisamente a los jóvenes con un “no tengan miedo”.  En ocasión de celebrarse en Octubre el mes del adulto mayor,  podemos decirle a los viejitos de este país que no tengan miedo, porque hay gente joven dispuesta a ayudarlos y recordarles las palabras del poeta español Miguel Hernández:  “la juventud siempre vence, la juventud siempre avanza”.
Hace unos días,  recibí una invitación para participar en una actividad motivacional para el personal de un Hogar de Ancianos en Guadalupe de Cartago,  actividad a la que con todo gusto accedí,  pues sé de la labor encomiable que llevan adelante ese y otros muchos centros de atención del adulto mayor en Costa Rica.

Es imposible dejar pasar el mes de la patria, sin recordar a los héroes que construyeron esta nación, y por supuesto,  enseñar a las nuevas generaciones que son muchos los que contribuyeron de diversas formas a lograr ese cometido.   Hace unos pocos años y  por este mismo espacio,  CANARA me permitió  –con la producción “Héroes de la Patria”-  ampliar los conocimientos que ya mis profesores de Estudios Sociales habían inculcado sobre la Campaña Nacional de 1856 y pude conocer y  emocionarme hasta erizarme, con cada unos de los relatos que esa obra maravillosa traía consigo. 

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“Costa Rica es mi patria querida,  vergel bello de aromas y flores, cuyo suelo de verdes colores, densos ramos de flores vertió”.  Qué mejor forma de iniciar setiembre que con la hermosa letra que la inspiración del maestro quiso dejarnos y qué mejor forma,  que este espacio que año a año Panorama dedica a exaltar  el cumpleaños de la patria.

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