Camilo Rodríguez  Chaverri

Camilo Rodríguez Chaverri

Un buen bailongo se compone de tres elementos: un buen conjunto, de los que he escrito antes; un salón tipo “chinchorro” y una caterva de artistas, de personajes, de gente especial que baila, que hace del baile un arte popular. No digo “chinchorro” en sentido ofensivo o peyorativo.

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Bailo dos o tres veces por semana desde que soy mayor de edad, es decir, desde hace década y media. Bailar es casi que el único ejercicio que practico.

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Sor María Romero debe ser un gran referente social y cultural de Costa Rica y Nicaragua. Es un ejemplo de integración entre los dos países. Nació en Granada, Nicaragua, en una familia con recursos económicos. Se formó como Hija de María Auxiliadora en El Salvador, y realizó una gran obra social y educativa en Costa Rica.
Su labor social fue fundamental para el desarrollo de una conciencia urbana sobre el problema suscitado por el crecimiento de los anillos de pobreza en San José.
Sor María Romero hizo un trabajo intenso con niños, niñas y adolescentes. También construyó casas para familias pobres, y tuvo una destacada labor como consejera de cientos de personas.
Sor María Romero generó un antes y un después en la obra salesiana en Costa Rica. Su obra fue fundamental en el ámbito social y en el ámbito espiritual. Son muchos los testimonios de su gran aporte en la vida de muchas personas, por su consejo y por su ejemplo de vida.
Creo en Sor María Romero. No siento en ningún otro lugar, la fuerza espiritual y la paz del alma que llegan a mí en la Casa de María Auxiliadora, epicentro de las obras sociales impulsadas por esta gran mujer nicaragüense y costarricense.
No me cabe duda que Sor María Romero debe ser la santa de Costa Rica y la santa de Nicaragua. Por eso, escribí un libro sobre ella, con testimonios tomados por expertos, autoridades de El Vaticano, entre la gente que la conoció y trabajó con ella.
Gracias a la lectura, la edición y la revisión de mi libro, no me cabe duda que Sor María Romero hizo y hace milagros. No dudo que su fe en el Sagrado Corazón de Jesús y en María Auxiliadora, a quienes llamaba “Mi Rey y mi Reina”,  así como su gran obra por las personas pobres, le fueron granjeando una serie de dones sobrenaturales, que quedan patentes en los testimonios de este libro, que usted puede bajar, sin costo alguno, de la página donde tengo muchos libros, www.solidarismoenaccion.com.
El objetivo es llamar la atención de nuestros dos países, Costa Rica y Nicaragua, para que se estudie mejor la obra social de esta gran mujer y se propague la fe en ella.
Dios quiera que muchas personas más se acerquen a la Casa de María Auxiliadora, ayuden a las obras sociales legadas por Sor María Romero y encuentren paz en Jesús y María, presentes en este lugar que ha marcado mi vida, espero que para siempre.
Sor María Romero debe ser un gran referente social y cultural de Costa Rica y Nicaragua. Es un ejemplo de integración entre los dos países. Nació en Granada, Nicaragua, en una familia con recursos económicos. Se formó como Hija de María Auxiliadora en El Salvador, y realizó una gran obra social y educativa en Costa Rica.
Sor María Romero debe ser un gran referente social y cultural de Costa Rica y Nicaragua. Es un ejemplo de integración entre los dos países. Nació en Granada, Nicaragua, en una familia con recursos económicos. Se formó como Hija de María Auxiliadora en El Salvador, y realizó una gran obra social y educativa en Costa Rica.
Su labor social fue fundamental para el desarrollo de una conciencia urbana sobre el problema suscitado por el crecimiento de los anillos de pobreza en San José.
Sor María Romero hizo un trabajo intenso con niños, niñas y adolescentes. También construyó casas para familias pobres, y tuvo una destacada labor como consejera de cientos de personas.
Sor María Romero generó un antes y un después en la obra salesiana en Costa Rica. Su obra fue fundamental en el ámbito social y en el ámbito espiritual. Son muchos los testimonios de su gran aporte en la vida de muchas personas, por su consejo y por su ejemplo de vida.
Creo en Sor María Romero. No siento en ningún otro lugar, la fuerza espiritual y la paz del alma que llegan a mí en la Casa de María Auxiliadora, epicentro de las obras sociales impulsadas por esta gran mujer nicaragüense y costarricense.
No me cabe duda que Sor María Romero debe ser la santa de Costa Rica y la santa de Nicaragua. Por eso, escribí un libro sobre ella, con testimonios tomados por expertos, autoridades de El Vaticano, entre la gente que la conoció y trabajó con ella.
Gracias a la lectura, la edición y la revisión de mi libro, no me cabe duda que Sor María Romero hizo y hace milagros. No dudo que su fe en el Sagrado Corazón de Jesús y en María Auxiliadora, a quienes llamaba “Mi Rey y mi Reina”,  así como su gran obra por las personas pobres, le fueron granjeando una serie de dones sobrenaturales, que quedan patentes en los testimonios de este libro, que usted puede bajar, sin costo alguno, de la página donde tengo muchos libros, www.solidarismoenaccion.com.
El objetivo es llamar la atención de nuestros dos países, Costa Rica y Nicaragua, para que se estudie mejor la obra social de esta gran mujer y se propague la fe en ella.
Dios quiera que muchas personas más se acerquen a la Casa de María Auxiliadora, ayuden a las obras sociales legadas por Sor María Romero y encuentren paz en Jesús y María, presentes en este lugar que ha marcado mi vida, espero que para siempre.
Sor María Romero debe ser un gran referente social y cultural de Costa Rica y Nicaragua. Es un ejemplo de integración entre los dos países. Nació en Granada, Nicaragua, en una familia con recursos económicos. Se formó como Hija de María Auxiliadora en El Salvador, y realizó una gran obra social y educativa en Costa Rica.
Costa Rica fue la tierra de unos indígenas únicos por sus creencias. Los indígenas borucas, o bruncas, que hacían unas esferas o bolas de piedra que son únicas en la historia precolombina. Eran unos indígenas menos violentos que los otros grupos o etnias.
Desde esa época, Costa Rica es un país diferente. Aquí teníamos poblaciones indígenas menores que en los países vecinos, por lo que los españoles tuvieron que trabajar junto a los indígenas, y tuvieron que mezclarse con los indígenas, por lo que no ha habido grandes diferencias sociales.
Otro ejemplo de la integración social es el surgimiento de la Virgen de los Ángeles, la virgen negrita, mestiza, que ha sido la gran integradora de las clases sociales, la que integró a los pardos, indígenas y a los españoles.
También nuestro país ha sido el gran ejemplo para el mundo por la abolición del ejército, la eliminación de las fuerzas armadas. Costa Rica es el único país del planeta que ha vivido más de sesenta años sin ejército.
Por eso, tenemos que rescatar nuestras raíces, las raíces que nos han hecho un país próspero, pacífico, integrador de las personas, porque aquí nos vemos iguales los adinerados y los pobres, las personas de la capital y las personas de la zona rural.
Costa Rica tiene unas raíces llenas de fervor, de fe, de paz, de respeto por el prójimo. Es en nuestras raíces donde están los tesoros ocultos de Costa Rica, y donde está todo lo que necesitamos para luchar contra la pobreza, contra la desigualdad, contra la delincuencia y la inseguridad.
Podemos ser un país más próspero, gracias a nuestro carácter, y a nuestro respeto por nuestros semejantes.
Costa Rica tiene todo en su historia para tener lecciones que nos ayuden a contar con un futuro mejor para todos y todas.
El rescate de valores debe ser el inicio y el final de una estrategia de lucha contra la corrupción y de búsqueda del desarrollo de Costa Rica.
Costa Rica fue la tierra de unos indígenas únicos por sus creencias. Los indígenas borucas, o bruncas, que hacían unas esferas o bolas de piedra que son únicas en la historia precolombina. Eran unos indígenas menos violentos que los otros grupos o etnias.
Costa Rica fue la tierra de unos indígenas únicos por sus creencias. Los indígenas borucas, o bruncas, que hacían unas esferas o bolas de piedra que son únicas en la historia precolombina. Eran unos indígenas menos violentos que los otros grupos o etnias.
Desde esa época, Costa Rica es un país diferente. Aquí teníamos poblaciones indígenas menores que en los países vecinos, por lo que los españoles tuvieron que trabajar junto a los indígenas, y tuvieron que mezclarse con los indígenas, por lo que no ha habido grandes diferencias sociales.
Otro ejemplo de la integración social es el surgimiento de la Virgen de los Ángeles, la virgen negrita, mestiza, que ha sido la gran integradora de las clases sociales, la que integró a los pardos, indígenas y a los españoles.
También nuestro país ha sido el gran ejemplo para el mundo por la abolición del ejército, la eliminación de las fuerzas armadas. Costa Rica es el único país del planeta que ha vivido más de sesenta años sin ejército.
Por eso, tenemos que rescatar nuestras raíces, las raíces que nos han hecho un país próspero, pacífico, integrador de las personas, porque aquí nos vemos iguales los adinerados y los pobres, las personas de la capital y las personas de la zona rural.
Costa Rica tiene unas raíces llenas de fervor, de fe, de paz, de respeto por el prójimo. Es en nuestras raíces donde están los tesoros ocultos de Costa Rica, y donde está todo lo que necesitamos para luchar contra la pobreza, contra la desigualdad, contra la delincuencia y la inseguridad.
Podemos ser un país más próspero, gracias a nuestro carácter, y a nuestro respeto por nuestros semejantes.
Costa Rica tiene todo en su historia para tener lecciones que nos ayuden a contar con un futuro mejor para todos y todas.
El rescate de valores debe ser el inicio y el final de una estrategia de lucha contra la corrupción y de búsqueda del desarrollo de Costa Rica.
Costa Rica fue la tierra de unos indígenas únicos por sus creencias. Los indígenas borucas, o bruncas, que hacían unas esferas o bolas de piedra que son únicas en la historia precolombina. Eran unos indígenas menos violentos que los otros grupos o etnias.

 

Guanacaste es una finca que se dejó Dios cuando hizo la distribución de las tierras entre los países. De tan bello que es Guanacaste, Dios no quiso dejárselo a alguien más. Se hizo de la vista gorda, y a ningún país le dejó ese jardín grandote, ese paraíso pequeñito.
Guanacaste es una locura que tuvo Dios y que concreto un día que se le metió en la cabeza que en lugar de Dios quería ser artista. De Guanacaste, son bellísimos los acantilados de La Cruz, como paredes enormes, como monumentos de piedra cuyos pies besa el mar. En Guanacaste están los volcanes de la cordillera del fuego, la Cordillera de Tilarán, el Arenal, con su cono perfecto, una flor triangular que besan las nubes; el Rincón de la Vieja, con sus dos caras, una verde y viva, la otra de piedra; el Orosi, callado y esbelto, verde y azul; el Tenorio, con sus ojos de agua hirvientes y mágicas; el Miravalles, con sus brazos abiertos a los potreros… Guanacaste tiene las aguas termales de la altura en Bagaces, con las piscinas que los ángeles pusieron en Yoko.
Dios se acostó sobre las nubes y sopló y sopló. Los vientos se fueron Tilarán y para las fronteras de Cañas y Bagaces con el norte lejano de Alajuela.
Se puso contento un domingo por la tarde, y Dios pintó el folclor de Santa Cruz, cocinó la cuajada y los bizcochos de allá, se enfiestó y celebró con los toros en todos los pueblos, desde la Península de Nicoya hasta el Cerro Chato, desde Bahía Salinas hasta Pozo Azul.
Guanacaste tiene entre sus manos, el Golfo de Nicoya, y aunque no están ahí adentro, al lado de ese paraíso, pringó Dios el mar con perlas hermosas, únicas, que se llaman Chira, Venado, San Lucas, Caballo, Guayabo, y hasta gotitas de luz, que se llaman, por ejemplo, Las Cocineras y Pan de Azúcar.
Guanacaste es una luz enorme, un manchón de belleza incandescente, que Dios nos puso aquí al lado. Por dicha que Guanacaste quiso anexarse, por dicha que vino a hacer más grande y más bella a la bellísima Costa Rica…

Guanacaste es una finca que se dejó Dios cuando hizo la distribución de las tierras entre los países. De tan bello que es Guanacaste, Dios no quiso dejárselo a alguien más. Se hizo de la vista gorda, y a ningún país le dejó ese jardín grandote, ese paraíso pequeñito.

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