Jueves, 14 Agosto 2008 18:00

AMOR DE MADRE

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No hay amor más grande que el de una madre, quien se niega a sí misma para entregarlo todo a sus hijos. Ellas, desde el mismo momento del alumbramiento trabajan incansablemente para darnos vida, amor, ternura y seguridad.  El amor de una madre es algo especial, algo que no tiene límites ni condiciones. Es algo propio de la mujer, que en su esencia natural es  amor puro y verdadero, porque así hizo Dios a las mujeres.
Las madres, como toda mujer, son luchadoras y fuertes y por ellas  la vida continúa y se sostiene. Son las primeras que se levantan y las últimas en acostarse. Desde muy temprano inician sus preparativos domésticos, se encargan de que los demás miembros de la familia estén en forma para sus respectivas tareas, medio desayunan y se van para el trabajo, desde donde controlan y están pendientes de que su familia esté bien. Llegan cansadas y dispuestas a seguir con los quehaceres del hogar y rendidas finalmente se van a la cama, esperando repetir el ciclo al día siguiente.
Las madres costarricenses – y de todas las nacionalidades  -  son inagotables, son fuentes de energía y de cariño. Siempre están dispuestas a ayudar, trabajar y repartir amor. Las madres son capaces de dar todo lo que tienen sin recibir nada a cambio. Son capaces de querernos con toda su alma y su corazón. Son capaces de invertir toda su vida en la nuestra.
Para todas las madres de Costa Rica y del mundo, para las que están con nosotros y para las que están ahora en la presencia del Señor, para las que están con salud y para las que están en los hospitales, para las que gozan de libertad y para las que están privadas de ella, para las que por primera vez darán a luz y para las que aún no lo han hecho, para las que adoptaron hijos y para las mujeres que cuidan de ellos con amor y ternura maternal, para todas ellas, les rendimos un homenaje sincero en su día, y durante todos los días, pues por su coraje y valentía, propio de todas las mujeres, se lo merecen.
Gracias madres del mundo, por ser las únicas personas que siempre está con nosotros, de forma incondicional. Gracias, porque en aquellos momentos de debilidad cuando te rechazamos, nos perdonas. Gracias, porque si nos equivocamos, nos acoges. Gracias porque cuando los demás no pueden con uno, nos abres una puerta. Gracias, porque si estamos felices, celebras con nosotros. Gracias, porque si  estamos tristes, no sonríes hasta que nos hagas reír. Eres nuestra amiga incondicional. Gracias MADRECITAS.

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