COSTA RICA ESTA ENFERMA

Si no cambiamos toda la estructura del Estado, la Constitución, nuestro Sistema Presidencialista, la mentalidad de llegar a gobernar para su beneficio, sus empresas y amigos,y no nos adentramos en el mundo de la Ciencia y la Tecnología, la autosuficiencia alimentaria y energética, no vamos a ser capaces de encontrar el desarrollo sustentable que tanto se  pregona. A lo sumo seguiremos pegando parches aquí y allá, y se nos reconocerá como un país que tuvo un buen Sistema de Parques Nacionales, buenos intentos de conservar la biodiversidad, y donde se derrocharon millones de dólares a favor del ambiente.
El país está enfermo y no está preparado para los retos que nos plantea el nuevo siglo. Lo está carcomiendo la corrupción a todo nivel. Corremos el peligro de que lentamente o más rápido de lo que pensamos, se nos desmorone todo lo que hemos lograda en paz, educación, democracia, conservación, etc. Aquí ya no hay en quien confiar. Los líderes que salen no miran más allá de sus intereses electoreros y económicos. La gente está defraudada y no vislumbramos algo a la distancia que nos haga ser optimistas.
Si no arreglamos este país y se establece  una nueva moral y cultura para gobernar y actuar, una nueva ética  hacia el futuro, de nada nos valdrá las prédicas ambientales, ni estrategias de conservación, ni Consejos de la Tierra, ni ideas de carbono neutro o desarrollo sostenible.
Todo será pura palabrería, porque aquí  hoy, aplicar y hacer realidad las buenas y positivas cosas, es prácticamente imposible ante tanta anarquía, corrupción y desmoralización existente. Y si el esquema se desmorona, si estallan conflictos sociales como en  otros países, lo que más sufrirá será la ecología, además de el pueblo, los más desposeídos, porque las crisis sociales también son enemigas del ambiente y de los pobres.
Mucha gente que se dice ecologista gasta energía y esfuerzos en apagar incendios y en oponerse a esto o aquello por razones ambientales, sin entrar al fondo del asunto, a cambiar el sistema gubernamental obsoleto que tenemos, sin pensar que hay que variar la ética de gobernar.
Nuestra democracia tiene que evolucionar y prepararnos a vivir en una sociedad moderna, de futuro, donde tengamos la capacidad de sostener a una mayor población y mantener ecosistemas representativos, donde podamos tener fuentes de empleo para nuestros hijos, pero también biodiversidad, aire puro y una mejor calidad de vida.
¿Dónde está el líder o pensadores  que lleven al país por la ruta que necesita para enfrentar los retos del futuro y de las generaciones que aún no han nacido? Que falta nos hacen los árboles de sabiduría  que se nos fueron.
ALEXANDER BONILLA DURÀN
Si no cambiamos toda la estructura del Estado, la Constitución, nuestro Sistema Presidencialista, la mentalidad de llegar a gobernar para su beneficio, sus empresas y amigos,y no nos adentramos en el mundo de la Ciencia y la Tecnología, la autosuficiencia alimentaria y energética, no vamos a ser capaces de encontrar el desarrollo sustentable que tanto se  pregona. A lo sumo seguiremos pegando parches aquí y allá, y se nos reconocerá como un país que tuvo un buen Sistema de Parques Nacionales, buenos intentos de conservar la biodiversidad, y donde se derrocharon millones de dólares a favor del ambiente.
El país está enfermo y no está preparado para los retos que nos plantea el nuevo siglo. Lo está carcomiendo la corrupción a todo nivel. Corremos el peligro de que lentamente o más rápido de lo que pensamos, se nos desmorone todo lo que hemos lograda en paz, educación, democracia, conservación, etc. Aquí ya no hay en quien confiar. Los líderes que salen no miran más allá de sus intereses electoreros y económicos. La gente está defraudada y no vislumbramos algo a la distancia que nos haga ser optimistas.
Si no arreglamos este país y se establece  una nueva moral y cultura para gobernar y actuar, una nueva ética  hacia el futuro, de nada nos valdrá las prédicas ambientales, ni estrategias de conservación, ni Consejos de la Tierra, ni ideas de carbono neutro o desarrollo sostenible.
Todo será pura palabrería, porque aquí  hoy, aplicar y hacer realidad las buenas y positivas cosas, es prácticamente imposible ante tanta anarquía, corrupción y desmoralización existente. Y si el esquema se desmorona, si estallan conflictos sociales como en  otros países, lo que más sufrirá será la ecología, además de el pueblo, los más desposeídos, porque las crisis sociales también son enemigas del ambiente y de los pobres.
Mucha gente que se dice ecologista gasta energía y esfuerzos en apagar incendios y en oponerse a esto o aquello por razones ambientales, sin entrar al fondo del asunto, a cambiar el sistema gubernamental obsoleto que tenemos, sin pensar que hay que variar la ética de gobernar.
Nuestra democracia tiene que evolucionar y prepararnos a vivir en una sociedad moderna, de futuro, donde tengamos la capacidad de sostener a una mayor población y mantener ecosistemas representativos, donde podamos tener fuentes de empleo para nuestros hijos, pero también biodiversidad, aire puro y una mejor calidad de vida.
¿Dónde está el líder o pensadores  que lleven al país por la ruta que necesita para enfrentar los retos del futuro y de las generaciones que aún no han nacido? Que falta nos hacen los árboles de sabiduría  que se nos fueron.
ALEXANDER BONILLA DURÀN

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